miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nuevo año, nuevas experiencias.

Última página del libro.
Este año a sido extraordinario. Lleno de agradables sorpresas y sueños cumplidos. Sí, puede que eso sea lo mejor que describa este año. Sueños cumplidos y por cumplir.

He conocido a gente que nunca imaginé conocer, bueno, y no solo a gente, sino también a caballos, bueno, más que conocer me he reencontrado con viejos amigos, como Robin.

No solo he viajado a Londres, ni formado una relación muy estrecha con un grupo de amigos con los que hago teatro, ni tampoco solo he vuelto a montar. No. No es solo eso, por muy increíble que parezca.

He conseguido ver por primera vez a dos grandísimas amigas que había conocido por internet hace ya un par de años. Y no, no es solo eso. Por mi cumpleaños montamos por la playa, las tres juntas. Ellas y yo — las tres igual de locas por caballos— cumplimos algunos de nuestros sueños.

La vida son sueños que te propones cumplir. Y cada día que pasa se acumulan. Es entonces cuando aparece la disyuntiva: ¿me esfuerzo en cumplir mis sueños o no? Y la respuesta es simple: si es la primera, posiblemente, cuando llegue la hora, te darás cuenta de que has vivido una vida llena de aventuras y felicidad, en la que, a pesar del esfuerzo y la dedicación que se requiere se ha obtenido una recompensa; en cambio, si es la segunda, posiblemente, no habrás hecho nada. Y tu vida se resumirá en eso... Nada. 

Así que deseo que cualquiera que esté leyendo esto (que a veces dudo sobre la existencia de alguien que se interese en leer los pensamientos de una simple chica amante de los caballos) un feliz nuevo año, lleno de valentía y coraje para levantarse de esa silla en la que posiblemente estés sentado y salir ahí fuera a cumplir tus mayores sueños. Disfruta, vive, ama, explora, experimenta, haz algo que haga que tu vida valga la pena ♥.

Gracias a todos.
Y con esto, cierro mi libro del 2014. ♥

Lugar idílico.

Hay un lugar al que voy en sueños, en cuyos brotes verdes roza el viento salado del mar. De cuya tierra crecen las hermosas margaritas en primavera, en cuyas hojas se esconden los caracoles al llover. Suelo estar allí, mirando como los diminutos insectos  se mueven a través de la tierra que pisan mis pies, lugar donde te puedes sentar a ver como el sol se pone anaranjado en el infinito horizonte, quemando las yemas de los pequeños brotes verdes, difuminándolos con un color ámbar.

Paso mucho tiempo en ese lugar, donde los problemas parecen desaparecer por unos instantes, donde el amor a la vida se acentúa a cada soplido del viento, que te acerca más y más a la naturaleza envolvente. 

Es un lugar pequeño, muy íntimo, donde suelo pensar sobre la vida, pensamientos sin duda filosóficos, que no hacen más que llevarme a otras preguntas sin respuesta.

Sin duda es hermoso, o eso recuerdo en ese lugar entre el sueño y el estar despierto. Es un lugar de tranquilidad infinita, que a cada bocanada de aire te llena los pulmones de nuevas esperanzas. 

Es un lugar inmenso en cuanto a cielo. Las noches allí son preciosas, llenas de brillantes estrellas que simulan formas y, a veces, respuestas a nuestras indecisiones. Lugar cuyas luces nocturnas se disfrazaban de estrella. Lugar donde descansan las almas cansadas.

Paso mucho tiempo en ese lugar, donde las alegrías son mayores y donde la vida te consuela tu tristeza con ese rayito de sol cálido justo en el pecho, donde un corazón congelado empieza a derretirse. 

Hay un lugar al que voy en sueños,... quizá mi pequeño paraíso, mi pequeño espacio íntimo, mi lugar idílico. Hubo un tiempo en el que no hacía falta ir en sueños, un tiempo en el que se podían oír los relinchos de los caballos y se podían ver brotes partidos debido a los mordiscos y herraduras en la tierra. Hubo un lugar que ya no está, salvo en mis sueños. Lugar al que mi mente viaja al la luna estar alta.

Hay lugares como estos que, a pesar de estar destruidos, siguen formando parte de nuestros castillos en el aire. Y este es el mío. Donde mi amor equino se desarrolló más que nunca y donde construí mis primeros castillos en el aire... ♥♥♥

Qué verdad.



No suelo poner solo imágenes, pero pensé que estas merecían la pena ya que me resultaron muy divertidas y ciertas jajajajajaja ♥ ♥

viernes, 26 de diciembre de 2014

El miedo.

¿Qué es el miedo? El miedo es un sentimiento que, para mi opinión, es previo a un posible dolor, ya sea físico o psicológico, lo que me resulta igual que la incertidumbre, el no saber algo, no ser consientes de lo que puede pasar.

Es verdad, tengo miedo. Suelo tenerlo. Cuando un caballo empieza a salirse de lo "controlable" en mí crece un sentimiento de miedo, que en realidad es mi rechazo a querer sentir dolor, caerme o darme un golpe.

Suena estúpido, ¿verdad? Pero es así. No creo que sea la única en sentirlo. Pero a pesar del miedo a caer — miedo que tiene la gran mayoría de las personas, por no decir todas— sigo montando.

En fin, con esa reflexión simplemente quería pensar en lo que sentí el martes, cuando, cuatro días antes del concurso que voy a hacer (y mi último entrenamiento hasta ese día), sentí miedo de caer. Bueno, quizá mi miedo no era caer, sino fracasar. El miedo a fracasar sí que es estúpido. El éxito es tan solo las lecciones que se aprenden de los fracasos, por tanto, los fracasos, con el tiempo, son éxitos. ¿Por qué hay que tenerle miedo al fracaso? No tiene lógica ni sentido. pero forma parte de nosotros.

El martes no fue uno de mis mejores días como amazona, es cierto. Quizá podría haber controlado mejor las acciones de mi caballo, o haber ido al ritmo que necesitaba para el salto, pero ahí reside el éxito. De esos fallos que, con la práctica, te hacen superarte. Sin los días malos no serías consiente de los buenos, ¿no es así? Me gusta hacer las cosas bien, como a todos, pero no siempre es posible. Y si las cosas no salen como querías, bueno,.. Siempre habrá otra oportunidad.

Mañana, cuando salga a la pista y salude a los jueces, no sé como saldrá mi ejecución. Quizá, como el martes, los saltos estén mal realizados, pero también existe la posibilidad de nos salga bien. Existe la posibilidad de, no mostrarles a ellos lo que podemos hacer, sino de mostrarnos a nosotros mismos que somos la pareja de baile que muchos desearían encontrar.

Los concursos quizá muestren a grandes jinetes, pero no siempre a corazones honrados. ♥
Mañana los pasos de mi oscuro caballo sonarán en la arena, no sé si ganaremos un trofeo, pero sin duda yo he ganado el mejor premio, su amistad. ♥ ♥ ♥

sábado, 20 de diciembre de 2014

Robin ♥


Hay algo en ti que me hace quererte como a pocos.
Quizá tu mirada, tus marcas o tus pestañas.
Hay algo en ti que me hace sentir como en casa.
Quizá tu cariño, tus juegos o tus abrazos.
Hay algo en ti que me hace ser libre.
Quizá tu salto, tu galope o tus alas, 
tus invisibles alas.

Hay algo en ti que nunca antes había vivido.
Gracias por hacer de mis domigos mi día preferido,
por hacerme feliz,
por darme adredalina
y por el cariño.
Gracias por hacerme volar,
y por volar contigo.

Hay algo en ti que me hace feliz.
Quizá tu hocico en la cara, el ritmo de tus pasos o la lengua que siempre llevas por fuera. 
Hay algo en ti que me hace mejorar.
Quizá tu torpeza, tu difícultad para colocar las patas o tu trote. 
Hay algo en ti que me hace recordar...
Quizá la razón por la que amo montar, los caballos o...
Simplemente volar.
Volar.
Tú y yo.
Y tus invisibles alas.

Me alegra ♥

A veces, aunque no nos demos cuenta, nos alejamos de aquello que en su día nos hacía felices. Nos alejamos, poco a poco, de lo que en su día lo fue todo. Y un día, ya lejos de lo que te gustaba, te das cuenta de lo distanciada que estás de lo que más amabas. No sé a que se debe, pero suele pasar. Como siempre suelo decir, supongo que nos apasionamos tanto por las cosas que un día, dejas de hacerlo. Pero, inevitablemente, al día o a los años, vuelves, y quizá con mayor impetud.

Y me alegra volver a retomar la equitación con las ganas que le estoy poniendo, quizá algo superior a cuando llegué por primera vez a la hipica donde, hoy, sigo montando, a pesar de los 5 años que han pasado. 

Me alegra volver porque estoy volviendo a retomar mi cercanía con el animal que más amo, vuelvo a sentime libre, ligera, capaz de volar... Me alegra volver y avanzar en mi trayectoria ecuestre, superar saltos más altos que nunca antes y, sobretodo, conocer mejor este mundo, porque cada día aprendo algo nuevo.

Me alegra, y mucho, volver a verte. ♥

miércoles, 17 de diciembre de 2014

De vuelta ♥

Estuve un laaaargo tiempo sin escribir aquí, no sé por qué, supongo que le daría más importancia a otros asuntos, pero ultimamente he estado pensando mucho en el blog y, ¿por qué no retomarlo?

Tras dos años de poca constancia a la hora de montar, ¡he vuelto! Que boba he sido durante estos años. No sé muy bien por qué no iba más a menudo, pero bueno, lo importante es que he vuelto, y parece que vamos bien por ahora.

Desde principios de octubre he estado montando a un nuevo caballo, Robin. Bueno, ya lo conocía desde hace muuucho, pero como tenía dueño pues nunca lo había montado. Es un amor, le quiero mucho y nos llevamos muy bien, espero tener tiempo pronto y hablar de él. Escribiré pronto (o al menos lo intentaré), ¡nos vemooooooos! ♥♥♥

viernes, 21 de marzo de 2014

Extraño...

Extraño ese olor a heno, a paja y a caballo,
Extraño volver a casa hecha un asco y que la gente se me quede mirando al volver a la ciudad,
Extraño tener que limpiar las botas durante largos minutos y quitar la suciedad de mis pantalones,
Extraño su galope y el viento en la cara,
Extraño esa sensación de libertad que únicamente siento cuando estoy sobre su lomo,
Extraño su relincho, su paso, su respiración,...
Extraño sentirme un poco más cerca de la naturaleza o sentirme un poco más feliz,...
Extraño esas tardes en las que lo único que me importaba era estar junto a un caballo...
Extraño el picadero que fue algún día y no lo que es ahora, muy distinto a lo que conocí...

De verdad que lo extraño, extraño ese pequeño paraíso al que solía llamar: centro hípico ♥