miércoles, 31 de diciembre de 2014

Lugar idílico.

Hay un lugar al que voy en sueños, en cuyos brotes verdes roza el viento salado del mar. De cuya tierra crecen las hermosas margaritas en primavera, en cuyas hojas se esconden los caracoles al llover. Suelo estar allí, mirando como los diminutos insectos  se mueven a través de la tierra que pisan mis pies, lugar donde te puedes sentar a ver como el sol se pone anaranjado en el infinito horizonte, quemando las yemas de los pequeños brotes verdes, difuminándolos con un color ámbar.

Paso mucho tiempo en ese lugar, donde los problemas parecen desaparecer por unos instantes, donde el amor a la vida se acentúa a cada soplido del viento, que te acerca más y más a la naturaleza envolvente. 

Es un lugar pequeño, muy íntimo, donde suelo pensar sobre la vida, pensamientos sin duda filosóficos, que no hacen más que llevarme a otras preguntas sin respuesta.

Sin duda es hermoso, o eso recuerdo en ese lugar entre el sueño y el estar despierto. Es un lugar de tranquilidad infinita, que a cada bocanada de aire te llena los pulmones de nuevas esperanzas. 

Es un lugar inmenso en cuanto a cielo. Las noches allí son preciosas, llenas de brillantes estrellas que simulan formas y, a veces, respuestas a nuestras indecisiones. Lugar cuyas luces nocturnas se disfrazaban de estrella. Lugar donde descansan las almas cansadas.

Paso mucho tiempo en ese lugar, donde las alegrías son mayores y donde la vida te consuela tu tristeza con ese rayito de sol cálido justo en el pecho, donde un corazón congelado empieza a derretirse. 

Hay un lugar al que voy en sueños,... quizá mi pequeño paraíso, mi pequeño espacio íntimo, mi lugar idílico. Hubo un tiempo en el que no hacía falta ir en sueños, un tiempo en el que se podían oír los relinchos de los caballos y se podían ver brotes partidos debido a los mordiscos y herraduras en la tierra. Hubo un lugar que ya no está, salvo en mis sueños. Lugar al que mi mente viaja al la luna estar alta.

Hay lugares como estos que, a pesar de estar destruidos, siguen formando parte de nuestros castillos en el aire. Y este es el mío. Donde mi amor equino se desarrolló más que nunca y donde construí mis primeros castillos en el aire... ♥♥♥

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